¿A que te suena la siguiente frase?: ¡cada vez que me ordenan los papeles de mi mesa, ya no sé dónde tengo las cosas! Más o menos eso es lo que pasa con las webs que se construyen sin pensar en los clientes, sino en la lógica interna de la empresa, que solo tú encuentras las cosas.
Además, los productos no están etiquetados debidamente, y no entiendes nada. Sientes frustración, pierdes la paciencia, y lo dejas… otra web abandonada.
Una web debe ser accesible, cómoda de navegar y con una lógica muy sencilla desde el punto de vista del usuario.